Independientemente de origen, en lo que no hay discusión en la comunidad científica, es que las Islas son consecuencia de erupciones volcánicas en el fondo marino. Estas erupciones, una vez que ganan el medio aéreo, van formando una isla. Los nuevos volcanes y sus coladas se van superponiendo, con lo que la isla va ganando en superficie y en altura.
La salida del magma al exterior, se puede producir de tres formas distintas: en estado líquido (coladas de lavas), en estado sólido (lapilli y cenizas) y en estado gaseoso. Las dos primeras son las más importantes en el proceso de construcción de las Islas.
En Canarias, el mecanismo que da lugar a los procesos eruptivos suele estar condicionado fundamentalmente por dos factores. Por un lado la viscosidad de los magmas y su contenido, y por otro, la posible interacción con una fuente de agua. (Hidrovolcanismo)
Tipos de erupciones
El grueso de volumen de las Islas está conformado por magmas básicos, cuya principal característica es su poca viscosidad. Se trata de magmas fluidos y que liberan los gases sin dificultad, haciendo que las lavas salgan con gran facilidad y sin provocar grandes explosiones. En este tipo de erupciones la presencia de piroclastos es poco importante, predominando la emisión de lavas en formas de coladas de color oscuro. Son las denominadas erupciones básicas o efusivas.
Cuando la viscosidad y el contenido en sílice es muy elevado, hablamos entonces de magmas ácidos. Este tipo de magma retiene una gran cantidad de gases, por lo que provoca un aumento de la presión que da lugar a fuertes explosiones. Hablamos de erupciones explosivas. Aquí se desprenden grandes volúmenes de piroclástos, que por su elevada temperatura y contenido en gases, fluyen por el terreno a gran velocidad, ocupando amplias extensiones alrededor del punto de emisión, como ocurre en la parte sur de Gran Canaria y de Tenerife.
En el Archipiélago, es frecuente que los fenómenos volcánicos presenten ambas características de manera alterna, es decir, fases explosivas y fases efusivas.
Cuando el magma en su ascenso hacia la superficie entra en contacto con agua, se produce un caso extremo de explosividad. Ello está motivado a que el agua al aumentar de temperatura pasa a estado gaseoso, contribuyendo a aumentar la presión sobre las paredes de la chimenea del volcán, dando lugar a fuertes explosiones que rompen los materiales que cierran el conducto. En este caso hablamos de erupciones hidromagmáticas. En Canarias son numerosos los ejemplos de este ‘hidrovolcanismo’ como Montaña Amarilla en La Graciosa, las calderas de Montaña Clara y Alegranza, la Hoya del Verodal en el Hierro, la Caldera de Rey en Tenerife, o el volcán de El Golfo en Lanzarote.
Referencias:
http://www.gevic.net/info/contenidos/mostrar_contenidos.php?idcat=22&idcap=91&idcon=715
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